Biografía-Laura Ciampini
Profesora de Historia del Arte, Italiano e Historia en la Escuela Superior de Música de Grosseto. Investigadora de la Universidad de Granada, Grupo Arte e Historia en el Al-Andalus. Experta en Arte Judío. Colabora en la página cultural y musical de Radio TS en Grosseto.
Ha sido profesora de Teoría y Técnica de la Restauración Textil en la Universidad de Florencia. Ha catalogado las obras de arte de la Toscana para el Ministerio del Patrimonio Cultural. Escribe guiones para el cine y para el teatro.
En el campo de la crítica de arte ha tratado con artistas italianos como Pippa Bacca, Andrea Ciampini, Alessio Ciampini, Giuseppe Colangelo, Domenico Di Genni, Giuseppe Guarguaglini, Anna Liberatore, Alessandro Marzetti, Emiliano Moretti, Francesco Panceri, españoles, Jacoba Carmona Van Kempen, Toni Q, Teresa Jordà Vitò, Roger Montañes Aguilera, alemanes Gerda Taro, iraníes Asal Asalinejad, Setareh Heidarizad, estadounidenses Licio Isolani, argentinos Cristina Contreras, chinos Chen Weinong y japoneses Yuka Katsumi.
Toni Q, en la garra del fuego
EL FUEGO
EL FUEGO
Llevo casi treinta años siguiendo la trayectoria artística de Toni Q y cada vez descubro nuevas claves narrativas en sus obras.
Entre los temas que trata Toni Cuenca en sus cuadros, el del fuego es sin duda el más desgarrador. No hay escapatoria a esta llama interna que comienza con un ritmo intermitente en lo más profundo del espíritu, ilumina las tinieblas en destellos inesperados, en múltiples direcciones y en matices de color. Luego toma forma y se expande hasta el infinito con una llama homogénea que ocupa todo el espacio. El fuego tiene ahora su propio ojo, el centro de luz cegadora, que se abre y se cierra en una garra que aprieta el corazón, lo quema y deja un vacío inllenable de humo negro.
LA LUNA
LA LUNA
De ícono del paisaje poético a elemento hipnótico y perturbador, la luna de Toni Q comienza a brillar silenciosamente en los cielos infinitos, para luego explotar en los espacios siderales como una canica arrojada al vacío.
EL astro perfora el vacío, lo ocupa con su tridimensionalidad, nos cuestiona cuál es el verdadero planeta azul y cuántas lunas orbitan a su alrededor.
Además de la que refleja plácidamente sus rayos sobre el mar, ¿se esconde otra luna? ¿Más de una?
Y cuando las otras lunas se revelan, se muestra al hombre el rostro inquietante de un cielo violado, que mira amenazadoramente a la especie humana
GUERRA
GUERRA
Los hombres son los protagonistas de la devastación del planeta, aparecen por miles como
siluetas negras sobre el fondo moteadas por los gases de las bombas y bordeadas por las
barreras negras de una alambrada que no tiene fin.
Los humanos están atrapados por la misma máquina que activaron y no tienen salida. Después de las explosiones, sólo quedan de sus vidas algunos nombres, como grafitis en una pared de la que quedaron algunos fragmentos, vagos recuerdos de personas Absorbidas por el magma negro de la destrucción.
Y el paisaje, como un marco que se ha salvado de la guerra, devuelve el eco de las enredaderas ahora carbonizadas que rayan el cielo negro y se mezclan en la opacidad de un aire irrespirable.
EL DESALMADO
EL DESALMADO
De esta humanidad sin alma queda un cuerpo mutilado que se ilumina sobre un universo oscuro, pero vibrante de estrellas. Como un Cristo en la cruz extiende sus brazos hacia el infinito, su boca y sus ojos se abren sobre el absurdo y su torso se desgasta. Pero en El desalmado todavía se vislumbra una fisonomía reconocible, mientras -cuando la atención del artista se concentra en los rostros- emerge un núcleo monstruoso en el que el perfil se deshace por completo.
La faz se trasforma en un magma original, dinámico, siempre cambiante, que pasa por los diferentes estados, sólido, líquido y gaseoso. Se transforma en refracciones de luz y colores según las emociones, se convierte en un material pulsante de naturaleza heterogénea.
Origen
ORIGEN DE LA PINTURA
El análisis de la realidad lleva a constatar la sugestión del paisaje -emblemático el lunar- pero también el grado de destrucción que el hombre ejerce contra la creación.
Entonces la pintura tiene una doble tarea, quiere dar testimonio tanto de la belleza de la
naturaleza como de la brutalidad cometida, en toda su crudeza.
En una fase posterior, sin embargo, quiere volver al origen del proceso creativo del mundo, que de alguna manera se reproduce también en la creación de la obra artística. Se trata de recuperar los fragmentos de colores de la Tierra, tal como debían existir antes de la destrucción, extrayéndolos del útero primitivo y reubicándolos en una nueva composición.
Son fragmentos de un rompecabezas que ya no puede dar una forma determinada, sino solo sugerencias que el pintor una y otra vez evoca con los diferentes matices de sus emociones.
EL ÁNGEL
EL ÁNGEL
Si el pintor trata de reconstruir una realidad que ahora se encuentra en un estado fragmentario, para darle al hombre una oportunidad de vida, en un contexto que ha destruido, el pintor también va en busca de una espiritualidad que en algún lugar todavía existe.
Tal vez retrae una pulsación en la oscuridad de la naturaleza, que aún conserva algún rincón escondido, o se desvanece como un efluvio en el aire evanescente, como el batir de alas de un alma… ¿será un ángel?